Esta fotografía ha sido cedida por la familia Nadal y corresponde a la fachada principal de la Venta d’en Pubill hacia la década de los años 50. Es uno de los restaurantes más antiguos de la comarca, siempre propiedad de la misma familia, donde la cocina tradicional sigue siendo y seguirá siendo la auténtica protagonista.
La Venta d’en Pubill fue construída hacia el 1867, pocos años después que la carretera de nueva construcción llegase a este punto, sustituyendo el antiguo camino de basto. Se construyó en la partida del Mas d’en Pubill, las ruinas del cual todavía se conservan un poco más arriba de la actual edificación.
Desde sus orígenes, ha funcionado siempre como lugar de parada y punto de reposo, cruce de caminos de comerciantes y carreteros. Los descendientes de la Venta d’en Pubill explican que había cuadras con bebederos para los animales, donde los carreteros pasaban la noche, durmiendo en la paja con las bestias. Se ve que al principio de su existencia no había restaurante, sólo se servían carquiñolis y mistela para que los carreteros hiciesen un pequeño refrigerio.
Más adelante, a principios de los años sesenta, se empezó a servir longaniza con judías blancas, vino, y lo que llamaban «café de calcetín». No fue hasta el 1967 que se empezaron a hacer obras de mejora del edificio y se abrió como restaurante.